Thursday, September 13, 2007

101.- hay duelos... y duelos.



era una mañana fresca, el sol calentaba lo justo y necesario y todo era refrescado por una dulce brisa, aun en una ciudad como Ciudad Central.
Un par de nubes resaltaban contra el azul del cielo a lo que parecia un par de metros sobre los edificios, daba la ilusion de poder agarrar aquellas motas de algodon con extender la mano.
El murmulló de la gente zumbaba en la plaza como un montón de abejas, y era por que casi todo el pueblo del sur de Ciudad Central, por donde pasa el río Grecial estaba ahí.no eran los unicos claro, habia toda clase de curiosos, y algunos reporteros que habian viajado desde el hemisferio norte, era una situacion muy particular, era el dia del duelo de Selide contra Loxen, y lo que causaba tanta expectacion no era que hubiera un duelo, sino que unoo de ellos fuera Selide, claro desde el dualo de Selide con Natos en la plaza habian habido dos duelos mas, por lo que actualmente se tramitaba la derogacion de la ley del duelo, pero mientras tanto aquella lucha era legal. Selide Jol era un nombre que aparecía ahora citado a su tercer duelo, lo que era muy inusual, ya en Famekno la imagen de Selide se habia enaltecido por la lucha contra Sargón, ahora todos querían conocer a su nuevo contrincante, Loxen era el nombre que figuraba, nombre absolutamente desconocido para la mayría de las personas que asistían a lo que parecía un gran evento.
Los guardianes no podían hacer nada contra tal publico simplemente se limitaron a cerrar las calles alrededor de la plaza para que no hubiera ningún accidente, estaba llegando la hotra indicada, el sol estaba en su punto mas alto, y desde una de las esquina,a apareció Selide con sus enormes alas, seguido por Silca y Hileon.
La gente se abria para que pasara, y selide se despidió de ellos de un gran abrazo a Hileon, y un beso a Silca.
Luego se acercó a su madre que estaba entre los presentes, con su abuelo y sus amigos.
- cual quier cosa si el gana, no se preocupen, no soy yo, y harían un mejor favor acabando con este cuerpo- les dijo.
- No te despidas- le retó su madre-
- Solo te digo que podrías hacer, por lo demas no me despido, solo sería un hasta pronto, y si pierdo igual algun dia llegarían donde yo llegue, uno nunca sabe cuando se puede ir de este mundo, ahora me despido de la misma manera que me despido cada vez que parto por que dentro de todo no estoy seguro si algún dia volveré.
Luego Selide caminó hasta el centro con su cladopla, ahí lo esperaba un guardian que ya conocía, era quien habia supervisado su duelo añs atras.
Dentro del publico habia mucha gente conocida, era todo demasiado familiar, Pleistide pudo ver entre la gente, el cual lo miraba entre soorprendido y orgulloso, Argia cerca junto a su marido a y a su hijo en brazos, pleistide se acercó a Wazer e intercambiaron un par de plabras.
Deuria y su familia, su hermana se veía bien, Bhor tambien le pareció ver en un rincon, su madre si estaba solo en otro lado, y gente casi olvidad como Sulfra y Oxia.
- ahora verás que tanto has logrado- se dijo Selide dandose valor.
En otro rincon en el tiempo exacto apareció Loxen cubierto por una capa de clerigo que le habia hecho pasar desapercibido.
- llegaste, sabía que vendrías- le dijo Loxen.
- Acabemos con esto rapido.
- Sabes, pensaba hacer esto en secreto, la verdad es que el que me vean me complicaba las cosas... aunque claro creo que igual puedo sacarle ventajas de esto, no me soprende que aparecieras, de otras personas ubiera esperado que faltaran... no de ti, eres una persona muy digna, un humano que merece respeto, como pocos quedan en este mundo.
Selide caminaba tranquilamente hasta Selide, mientras se seabotonaba su capa, la cual dejó sobre una banca; en su cinturon llevaba lo que parecía una espada corta gris-negra muy sucia y tosca.
- esta será mi arma, es mas antigua que mi abuelo, dicen que es de las mejores espadas jamas construidas.
El guardian se acercó para verificar si aquella arma era legal para el duelo.
- reglas de pelea libre, se puede utilizar cualquier cosa del entorno- dijo Loxen.
Selide asintió, mientras el guardian anotaba las especificaciones.
- la otra vez usaste tierra asi que para ebitar que eso sea ilegal hay que especificar bien las cosas- le sonmrió Loxen.
- ¿Van a comenzar?- preguntó el guardian impaciente.
- Si cuando quiera- respondió muy amable Loxen.
El guardian carraspeó y luego coemnzó a leer.
- se adará inició al duelo entre Selide Jol Regö y ¿Loxen?.
- Si el mismo agregó Loxen.
- ¿sin apellido?- preguntó soprendido el guardian.
- Es que no tengo, no lo necesito.
- Bueno,el duelo terminará cuando alguno de los participantes no pueda continuar luchando, ahora se da por empezado el duelo.
Ambos se posicionaron frente a frente en pose de lucha, mirandose a los ojos mutuamente, y al mismo tiempo blandieron sus espadas.
El primer golpe fue el mas largo y profundo por decirlo de cierta forma, fue estruendoso, pero aún asi ninguno de los dos se movio un centimetro aún ante la nota “fa” que surgió del choque de las armas.
Entonces los movimientos fueron mas agiles, , atque y defensa en ambos lados, en movimientos muy dificiles de efectuar, o visto de otra manera mas fria, un espectaculo digno de presenciar.
Ambos golpeaban con precision, ambos se defendian con presición, pero para ojos expertos se notaba la diferencia, selide habia retrocedido un paso.
Las hgojas se deslizaron hasta la base y ambos saltaronb hacia atras.
- interesante, interesante, eres- dijo Loxen- sabes esta arma que ocupo es de la legendaria hoja adamantina, como te has de dar cuenta no es tan poderosa como la leyenda pero si lo suficiente como para saber que eres un buen luchador, una persona sin experiencia ya la tendría enterrada en su costado, aunque tambien debes saber que no quiero matar tu cuerpo.
Selide debia resistirse a la tentación de responder, hablar en ese momento le haría perder energia y cortar con su respiración, siendo que ya habia alcanzado el ritmo que necesitaba.
Esa era la clave, Selide lo comprendió al par de minutos
Por que los movimientos de Loxen parecian mcanicos, no aumentaban ni dismunuían en velocidad, y auqnue eran sorprendentes aquello le indico que Loxen no se estaba cansando, y lo demostraba al hablar.
El cnsancio proviene de la falta de energia, pero Loxen era distinto, las limitantes de Selide en ese momento era que Selide utilizaba su propio cuerpo y era esclavo de su propia biologia, no solo las mimitaciones que tenian sus distintosd organos, sino las señales sinapticas que le provocaban dolor, picazón, y un sin fin de sensaciones que son uttilies pero que esclavisan la mente. Loxen al controlar aquel cuerpo podia controlar tambien que impulsos aceptar y cual simplemente no recibir, dolor por ejempolo, sino queria no lo sentiría, cansancio entre otros, Loxen por otro lado no estaba sujeto como Selide a esa dualidad del conciente y subconciente, Loxen era uno solo, una sola gran conciencia, podia manejar su cuerpo hasta el extremo como si estubiera en caso de estres, aunque no fuera tal, y podia bajar su metabolismo cuando no lo necesitaba, pero habia algo fundam,ental que producía en Selide cierto miedo.
Tal como algunos nematosdos que crecen en los musculos son capaces de dirigir las funciones de las celulas adyacentes para alimentarlos, Loxen el parasito que era el, podría haber cambiado y de hecho lo habia hecho, cambiar la biologia del cuerpo, un ser humano no podía vivir tantos años por ejemplo, pero ese cuerpo lo habia hecho.
Selkide estaba respirando ahora con un poco de dificultad, sus pulmones diferentes compensaban la situacion pero sabia que no podria segúir asi, sus musculos se desgarrarian en algun momento si la lucha seguia interminantemente.
-“aprovechar los talentos”- le se vino la idea fugaz a la cabeza.
Entonces extendiendo sus alas dio un salto hacia atras aún mas lejos de lo que lhubiera sido sin alas.
Loxen corrió hacia el y selide batió sus alas nuevamente esquibvando mientras sargón pasaba rosandolo, y luego de nuevo y de nuevo.
- eso era lo que esperaba- añadió sonriendo Loxen- para luchar con una persona con alas, este debe usar sus atributos.
Entonces Selide despues de haber calentado un poco las alas dejo de intntar esquibar y fue a luchar, Selide coria hacia Loxen, las espadas chocaban, Selide pasaba por encima a Loxen, y a su espalda atacaba a tiempo que este igual se daba vuelta.
Lo hizo un par de veces pero contó con la velocidad de Loxen; este soltó su arma antes que Selide saltara y lo agarró por sobre su cabeza de un ala y un pie, dio vueltas en torno asi y arrojó a selide con brutal fuerza hacia una “palma petrea”, los frutos duros como piedras calleron de la palma a los pies de Selide, y el pseudotronco se remeció hasta las raicez mientras Selide trataba de enfocar nuevamente, todo su ciuerpo se habia remecido en su interior y sabia que el único motivo por el que no habia quedado inconciente en el suelo era por que el estres de estar al borde de perder su cuerpo no dejaba que perdiera el control de sí tan facilmente.
- tue puedes ocupar tus talentos, yo tambien los mios- sonrió Loxen.
Selide sentía como caminaba hacia el, asi que mientras recuperaba algo de fuerzas para ponerse en pie, tomó alguna de los frutos de la palma que aunque eran tan duros como rocas no eran tan pesados, se los lanzó a Loxen, el cual rebao una en el aire con su espada, y las otras no llegaron donde el.
Selide entonces rapidamente se levantó y voló hasta la copa de la palma y ahí manteniendo un poco el equilibrio se sentó unos instantes, para recuperar fuerzas.
- no seas ridiculo Selide, te estan mirando de varias ciudades, no puedes descansar en una pelea no puedes, baja de ahí pronto y avcabemos con esto- gritaba loxen desde el suelo mientras Selide se snetía momentaneamente seguro ahí arriba.
¿por que momentaneamente? El motivo fue que Loxen agarró las frutas de la palam y las lanzó ferozmente contra la palma, y luego con lo que parecía una fuerza sobre humana empezó a correr y golpear la palma con su hombro para derribarla, lo que parecia tener resultado ya que la plama se sacudía violentamente, el hombro se lo dislocó tres veces en aquellos golpes, pero seguia intentandolo.
Selide entonces bajó muy asustado, con su arma en la mano, en picada.
Loxen se estaba reacomodando el hombro nuevamente cuando Selide pasó por su lado, rosando su cladopla con su cabeza, dejandole un tajo superficial en la mejilla izquierda.
Loxen habia esquibado el golpe por solo unos segundos, rodó en tierra y recogió su arma.

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