Friday, June 08, 2007

70.- el rescate de Loxen.



Entonces la nada lo dominaba todo, aunque era dificil precisar aquello de nada y todo, solo quedaba una pequeña chispa de conciencia, un atisbo, un recuerdo que decía que alguin existia, debia aferrarse a la vida, aferrarse a la existencia con todas sus fuerzas, hasta volverse completamente conciente de si, podía dejarse estar. Podfría descansar, su cabeza no pesaría mas pero algo no se lo permitía un deseo, “no puedo morir asi, no puedo desaparecer asi” se escuchó como idea, siendo este el primer pensamiento estructurado, las ideas tomaban forma de a poco.
“estoy solo pero aunque sea por un instante lograré superar eso, no me dejaré estar, no sucumbiré mientras no lo logre” se deijo.
Entonces llegó a su ser lo que parecía ser dolor, si dolor la mejor prueba que ser alguno puede tener sobre su existencia, ya su respuesta no dependía de la caopacidad de pensar, de cuestionar, sino que tambien de senitir.
El dolor n principio amorfo, luego tormó diversas formas, se extendió dando la forma de un cuerpo, un cuerpo que utilizar, ya no era solo conciencia, sino que tambien materia, pero aún estaba aislado, y fue cuando el dolor alojado en su estomago, se expandió por las extremidades despertando sus distintos receptores, algo de frio sentía, era un lugar frio, y pequeños movimientos en su oido medio le dijero que estaba acostado, estaba en un plano paralelo al suelo, aquellas vibraciones de lugar poco a poco tomaron formas, sonidos, y algo dormido despertó sintinendo corpusculos de luz nuevamente, sentía como cada uno de los receptores de los bastones y conos de su retina asimilaban la información de los fotones que recibian, pronto tomaba una imagen, y un sonido, cuerpos, habia mas gente en este mundo en que trataba de despertar.
Entonces vomitó, algo calló a su lado, pero poco enfocaba, solo a un grupo de personas sorprendidas, seres con ropas blancas, y uno con alas negras enormes, tapadas.
“Sargón” sonó en su cerebro, y poco a poco recordó la situacion.
A su lado la extraña criatura que habia entrado por su ombligo, se agitaba en medio del vomito de Selide, mesclado con sangre, pero se veía lamentable, se veía casi muerta.
- pero esto, esto es im`posible, esto no puede suceder- decía Sargón desconcertado.
- Cuando la voluntad de no desaparecer de mantener viva la priopia existencia es mayor nada puede contra ella- dijo casi sin pensar, aún le dolía la cabeza.

Entonces acto seguido, desde la puerta de la sala se oyeron tres golpes, antes de ser abierta estrepitosamente.
Y desde la puerta apreció un personaje imponente, vestía de ropas elegantes, tan elegantes que sargón parecía un subordinado a su lado, en su brazo derecho llevaba un bastón con mango de cuerpo, de algíun tipo de madera muy fina y punta que respalndecía como el oro.
Un sombrero a su lado, unos leves bigotes que sobresalían de los labios, y una expresión en el rostro que le recordó a selide mucho a la que poseían los Psyfagos.
- ¡Sargón! ¡¿que es lo que pretendes hacer?! Te dije que hay que esperar para que la fruta madurara- le gritó el extraño sujeto a sargón.
Sargón se veía muy callado, por primera vez Selide pareció ver miedo en la expresión de sargón.
- falló, el plan, falló, decidió a sus amigos que las alas, no tenía pra opción asi que...- se excusó Sargón.
- Sabes que las excusas no son de mi agrado, de que me sirve sino tiene alas, tus esfuerzos fracasaron por que tu no tomaste las medidas correspondientes, eres un inepto ademas.
Entonces el extraño sujeto mirío a la criatura vermiforme al lado de Selide, al verla se acercó, y lanzó una gelida mirada a Selide, el cual tubo que correr la suya.
- ¿ha muerto?, esto es imposible.- dijo luego la examinó detenidamente antes de volver ha hablar- sargón manda a tus hombres a que le hagan una sepultura noble aque a quien a muerto por culpa tuya.
- Pe...pe...pero...- dijo sargón tratando de decir que no habia muerto por su culpa. Pero se limitó a hacer una señal para que uno de sus hombres partiera.
- Esto no te lo perdonaré Sargón, su vida valía mas que tu insignificante existencia como primate que eres.
Selide estaba seguro, era un enviado de la sombra solo ello lo explicaba todo, auqnue le llamó la atención aquella última frase, ya que aunque Selide era en cierta forma cientifico, la idea de que el ser humano tenía antepasadops con los monos, lo habia escuchado en una conferencia en la abadía sobre teorias ridiculas de la ciencia y sinceramente pensaba que habia sido inventada en la conferencia para mostrar una imagen burda de las cosas en que la ciencia creía.
Entonces el ser se acercó a Selide el cual tubo que cerrar los ojos al saber que lo miraba fijamente.
Olfateó sobre Selide un par de veces antes de emitir juicio.
- siento tu olor, siento tu presencia- dijo en voz alta con un tono que parecía atravesar a Selide completamente- se que no me entenederas barbarico ser, pero tu lo has matado, maldito pseudocelomado.
Entonces el ser se dió vuelta y miró a Sargón que estaba espectante a sus proximas ordenes.
- dile a otro de los tuyos que traigan, “aliado de Sombra”- ordenó a lo que uno de los sujetos de blanco corrió de inmediato.
El sujeto miraba fijamente a la criatura vermiforme, mientras los demas ocupantes de la sala apenas se atrevían a respirar.
Entonces tras unos minutos el sujeto miró a Sargón.
- tu ya no me sirves, ya no necesito a alguin como tu, tus alas son inutiles y bueno haré que las cosas suceden segun su curso.
Sargón no se atrevió a responder.
Entonces apareció por la puerta otro sujeto, con hirvas, al parecer quien habia salido no se habia atarevido a regresar y habia enviado a otro.
El “Aliado de Sombra” era una hierva que comunmente salía en cementarios y lugares rocosos, y era conocído por los efectos laxantes que producía.
El sujeto tomó las hiervas, y las molió con algunos intrumentos que estaban sobre la mesa, luego de su cinturon sacó un peequeño frasco de olor muy fuerte, y le puso un par de gotas al molido, y se acercó a Selide.
- Selide quiero que te tomes esto, valla eres la vivida imagen de tu padre- le dijo.
Selide estaba aterrorisado, y mas lo estubo cuando supo que el sujeto conocía su nombre y no comprendía que habia dicho sobre su padre.
- no lo haré- se atrevió a responder.
- Valla, me imagino por lo que debes estar pasando, yo creo que poco comprendes de esta situaciónb, pues entonces me presento, mi nombre es Loken.
- Loxen- repitió debilmente Selide.
- Si asi mismo, tambien comprendo que te debes haber ausstado cuando pusieron eso, y tambien se que desconfías de mi, que es lo mas logico ha hacer de una persona inteligente, pero a7unque lo que intentaron poner en ti fue una criatura con la que habrias perdido tu esencia, en teoria muerto por asi decirlo.
- ¿mi espiritu?- preguntó Selide.
- ¿espiritu?, ja, esas cosas como el alma, nunca me han interesado, aunque muchas veces han dicho que soy un emiosario de la sombra por lo que llevo de existencia no tengo pruebas concretas como para creer siquiera en que la Fuente exista, lo cyual me aleja del tema, mira elo motibo por el que murió la criatura que entró en ti, no es por tu fuerza de voluntad, o un milagro como puedes estar pensando en este momento, sino que por que en ti ya hay alguin ocupando un espacio, ya hay alguin alimentandose de ti, y aunque no perderastu esencia por asi decirlo, sino podrías morir, tus organos pueden fallar en unos meses, quien sabe, una enfermedad muy antigua, tienes un gusano de carne, te lo explicaré, son unos parasitos, vermiforme, un nematodo cualquiera osea similar al que has visto, pero menos elegante, ademas necesitan vectores para transmisión, un ave, el que te picara un ave era algo tan poco posibvle que ni lo pensé.
Selide recordó de inmediato el extraño picaflor hmatofago que le picó cuando habia ido hacia Jeif.
- ahora tienes dos opciones puedes confiar por unica vez en mi y beber esto para que sanes, y despreocuparte por que despues de esto nada podrá entrar en ti durante meses, o te puedo dejar aqui, con sargón tu eliges.
Selide pensaba, trataba de decidir ¿que hacer?
- aca estoy condenado a responder a lo que sargón y Loxen y otros quieran, puede ser verdad como no lo que me dice... ¿que hago?¿que hago?
- Y ¿que decides- preguntó una última vez con su fria mirada sin despegar de selide.
- Esta bien acepto.
- Acto seguido bebió los amargios tragos de la bebida que Loxen le dio a tomar.
Selide arrugó en ceño.
- la proxima vez que vallas al baño lo liberaras, que no será en mucho rato.
Entonces tomó un cuchillo y desató las correas de Selide.
- ahora eres libre, te recuperaras, viviras, conoceras, haras lo que encuentres `prudente, y luego me buscaras.
- ¿por que yo tendría que buscarte a ti?
- Por que supongo quieres saber sobre tu padre.
- Mi padsre murió hace un pare de años- respondió selide. Camino al pueblo hallá en el sur, murió en un accidente.
- Y ¿encontraron su cuerpo?- pregunto irnicamente Loxen.
- No.
- Y asi te cress un buen estuduiante de casoslogia, pues no creas en las cosas que no se pueden comprobar, tu padre no muri´ño en ese momento, digamos que eso fue u accidente menor.
- ¿un accidente menor?- se enojó Selide.
Aquel accidente habia significado que en el puebvlo le hicieran sufrir todo lo que sufrió y por ende que perdiera las alas, literalmente todo lo pasado durante aquellos años habia sido en consecuencia de ese accidente.
- te dejaré pensando- dijo Loxen mientras salía de la habitación.
- Adios sargón, creo que será la ultima vez que nos veremos, ya no me sirves, supongo que estas condiciones tan buenas no duraran por mucho tiempo.
Entonces Loxen cerró la puerta y solo sus pasos se oyeron mientras se alejaba.
Sargón que se encontraba afectado miró a selide que estaba libre.
- ¿crees que eres libre?- dijo- pues no lo eres, moriras aqui mismo, ese desgraciado no hará de las suyas, y si tu le eres necesario contigo acabaré.
Selide le miró con sierta tristesa.
- yo pensé que me tenias cariño, cariño por haber compartido un pasado, yo tenia alas.
- Y como has dicho ttenias, pasado, preterito, las cosas son distintas, y por favor como podría sentir algo por un ser como tu, debo adnmitirlo queria poder, era parte del trato yo te entregaría, pero ahora ya no sirves de nada.
Selide sabía que estaba en desventaja, literalmente no tenia escapatoria y aún teniendola, la Sociedad de sargón era lo suficientemente grande y extensa como para no estar tranquilo nunca mas en los dias que le quedaban de vida.
- alto, alto alto, no puedes matarme aqui- dijo selide ideando un plan.
- Bueno tal vez quieras morir en algun lugar favorito, si es accesible puede que te ayude encontrarlo- dijo riendo.
Los colores a la cara de sargón comenzaban a llegar nuevamente.
- no puedes matar a alguin que te reta a duelo, eso no es de caballeros, por que eso quiero hacer te reto a un duelo.- declaró Selide.
- Valla, morir cvon dignidad, puede ser, si tienes razón, no eres un humano normal, tubiste alas, asi que supongo que tu muerte puede provocarse con algo de dignidad, y ademas asi ejevcutarér con mis propias manos, aunque se sabe qien ganará supongo que algo querrás ganr tu.
- tiempo, eso quiero, el duelo será en una semana en la plaza de Famekno.
Sargón pareció pensar un poco antes de responder, por que no queria que le vieran en algo publico.
- ¿y si no acepto?- dijo Sargón.
- Tu ganas mi muerte, yo quiero ganar algo mas que mi vida quiero tiempo, creon que tienes razón en cuanto a que me puedes matar aqui, pero dentro de todo confío en que sigues reglas de caballeros, pues tu me enseñaste.
- Esta bien- respondió.
Entonces Sargón alargó el brazo hacia Selide que la estrecho.
- traiganle ropa, y lo que han oído hoy los acompañará hasta su muerte, si se sale antes... digamos que no les quedará mucho de vida- les dijo Sargón a los hombres que estaban presentes, que solos asintieron en silencio.
Aquella semana Selide, tendría una seudolibertad siempre y cuando no intentara escapar.

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