Tuesday, May 29, 2007

66.- la voz.



cuando Lanto salió del hospital, abrir la tienda no fue su gran priopridad, la vigilanci a del guardian habia hecho que cerrasen el lugar con un candado provisorio, y luego de arreglar bien las cosas Lanto, se dirigió a la plaza a alimentar las aves, como solía hacerlo en los tiempos de la señora Ptara.
El dia era relajado, las flores en los arboles estaban saliendo, y una agradable humedad inundaba el ambiente, era la mañana `perfecta, mientras veía a los pajaros comer, escuchó una voz que le hizo desviar la mirada, al mirar se trataba de Carbionette, la chica que habia visto una vez con Selide, y que según sabía,Selide estaba interesado por ella.
- buenos dias, que agradable mañana, ¿no?
Carbionette se perturbó al que alguin la saludara, pero al verlo reconoció aquellas ropas celestes, que identificaban tanto a Lanto.
- ¿tu eres un amigo de Selide cierto?
- Si, se podría decir que si, mi nombre es lanto, lo mas probable es que ya me halla presentado
- A si, disculpe es que ando con la mente en otro lado.
Carbionette se acercó caminando para no tener que responder en voz alta.
- y por que una señorita tan linda tiene la mente en otro lugar, espero no hallan problemas.
- Bueno algunos- responbdió carbionette- entraron en mi casa para... robarme, si robarme.
Inventó rapidamente una escusa para no rebelar su identidad.
- valla que coincidencia, en mi casa han entrado un par de cleptoms, e intentaron matarme- respondió Lanto con aire melodramatico- estube al borde de la muerte, eran muchos no los pude contar, andaban con muchas armas y según creo no era su intención robarme sino matarme...
Carbionette lo miró extrañado.
- ¿estas seguro que eran Cleptoms?- preguntó.
- Si, segurisimo, no no los voy a conocer yo, hay esta ciudad desde la revuleta hace un tiempo las cosas estan cada vez mas, los guardianes ya no son lo suficientemente efectivos... pero ¿por que preguntas si estoy seguro?
Carbioenette dudó un poco antes de responder.
-¿has visto a Selide?
- hace mucho tiempo que no veo a ese muchacho, la ultima vez fue para que leyera unos libros, desde entonces no lo eh vuelto a ver.
- Bueno, sabias que Selide esta desaparecido.
- ¿pero como? ¿que sucedió? No me digas que esta mmmmm- dijo sorprendido terminando en unas ultimas palabas que parecian un chillido exagerado.
- No, no esta muerto, lo e visto con mis ojos, el es un cleptom, el me ha salvado.
- ¿un cleptom?, pero ¿como? ¿Donde? ¿por que?.
- No lo sé, sus amihgos lo andan buscando, ya e conocido a varios, Fleur, Molieb, Arqueos, Helis...
- ¿Arqueos?, ese nombre lo conozco, ese nombre lo leí ayer, lo buscan por clptom
- eso es imposible, el lo busca quiere rescatarlo de los cleptoms, nose que pretenden...
- espera- reflexionó Lanto- Selide esta perdido y lo andan buscando, y ahorsa uno de sus amigos esta siendo buscado, no me sorprendería que el otro sujeto del cartel tambien sea su amigo, a mi me intentaron matar, y... estaremos en peligro, los cleptoms normales no son tan peligrosos, pero es bien sabido que la sociedad de sargón tiene ramas en distintos lados, valla ayer me expuse a un peligro cuando fui a ver a los guardianes, ¿donde estará ese muchacho?.
Lanto se paró y caminó con Carbionette, con la intención de mostrarle la tienda.
Las calles estaban apestadas de personas, y caminaron hasta fuera de la tienda.
- valla,- exclamó Carbionette- ¿y no robaron nada?
- No por que...
Entonces por encima del hombro de lantto una voz le dijo.
- la pagaras caro por lo de anoche.
Entonces un golpe en el costado recibió, justo donde tenia las heridas.
Lantó se balanceó hacia un lado perdiendo el equilibrio, mientras que la sangre traspasaba los vendajes puestos.
El sujeto que parecia ser un de los cleptoms de la noche anterior, se acercó con una daga, y lanzó una estocada hacia el corazón de Lanto.
Pero la accion no alacanzó a realisarse, ya que dos sujetos aparecieron entre la multitud que ya se alejaba del grupo gritando de miedo.
Cada uno con espadas reales del reino de borga, sujetaron al cleptom, entre sus espadas.
- un movimiento en falso y te degollamos aqui mismo.
El cleptom se rindió y botó la daga.
Un tercer sujeto que poseía la espada aún sin desfundar, se acercó.
- ¿esta bien señorita?- preguntó con aquel extraño acento del reino vecino.
- Si, pero aqui mi amigo, no a el le intentaron hacer algo.
El guardia mismo se ofreció de apoyo para que Lanto caminara.
- valla, asi que guardaespaldas propios- dijo a carbionette.
- Mi pdre los contrató por el robo que te conté.
- Tu padre debe ser un sujeto muy rico.
- Algo asi...
- ¿Cuales son sus ordenes señorita?- preguntó el guardia real.
- El señor Lanto será hhuesped de la casa hasta que mejoren sus heridas, es amigo de una migo al que le debo mucho, asi que quiero que le protejan tambien mientras este en la casa.
- Asi se hará- respondió el guardia sin titubear.
- Espero no te moleste el estar bajo el cuidado de mi casa.
- Por supuesto que no me molestará, ademas me sentiré mas seguro.
Asi fue como Lanto fue acogido por la princesa, aunque en su estadía en la casa, se hizo el mayor disimulo en su presencia para que descubriera la verdadera identidad de carbionette.


La misma noche en que Lanto habia sufrido el incidente en su tiemda, Estños habia llegado a su casa despues de una larga seción de entrenamiento, en la que ejercitaba de manera mas dura las cosas que se enseñan en los cursos de defensa personal, era un curso avansado muy dificil.
Y como siempre la cama le esperaba con mucho agrado.
Luego de ponerse el pijama, se acostó, sus musculos se estaban relajando, y su cuerpo acomodandose a un hueco en el centro de la cama, que se habia formado tras dornmir mucho tiempo en la misma posición.
Entonces la madwera crujió levemtente de improvisto.
Estños que era en cierto modo un poco paranoico, despertó de inmediato, estaba atento todo lo que podía, sin moberse en la cama, luego se mobió un poco para el lado por si habia sido el somier de la cama que habia crujido, y trató de dormir de nuevo, pero el sonido se repitió un leve crujido lejano, el primero, pero el otro se escuchaba mas cercano.
Estños estaba expectante, pero de pronto se escuchó en la habitación una voz fuerte y clara de tonalidad aguda.
- nose que pretendes, `pero no me puedes engañar, se lo que piensas, ¿crees que hay alguin?.
Desde la puerta apareció un cleptom que llevaba desesfundada una daga, estaba sorprendido por que pensaba que lo habian descubierto por la voz que se escuchó.
- arruinaste mi estratagema- gritó Estños entonces y se levantó de un brinco de la cama.
- No lo hagas, no lo hagas, no lo hagas, no lo hagas- se escuchaba con aquella voz fuerte.
El cleptom que habia entrado corrió hacia Estños con chullillo en mano, pero Estños recvogió las sabanas con una mano, y en un rapido movimiento circular enrredó la daga con las sabanas.
El cleptom que trataba dedespejarse de la saban recibió un puñetazo de Estós que lo botó, y el el piso Estños comenzó a patear al sujeta.
- pero si ya está indefenso, pero si ya esta indefenso- se escuchaba la voz.
Estyños paró de golpearlo, y empezó a buscar dentro deel mueble que tenia al lado de la cama.
Entonces entró un segundo cleptom en la pieza, Estños lanzó el cajón, golpeando al cleptom en la cabeza.
En el segunbdo cajón tenía su espada corta.
La guardó en su cintura y corrió hacia afuera de su pieza, donde tro cleptom venía en su ataque, estños sin desenfundar su espada aún, golpeó la otra espada, y en aquel momento se acercó para darñle un cabezaso, el cleptom cayó, y aunque Estños sestaba mareado y sangre corria por su mejilla, esto no lo desconcentró para patearlo en el piso, hasta que quedara inconciente.
Miró por la ventana, y vio a dos sujetos con ballestas, asi que Estños regresó, tomó al sujeto de la puerta y lo tomó en brazos y lo lanzó por la ventana rompiendo el vidrio.
Los cleptoms de inmediato miraron hacia la ventana y dispararon, una flecha dio en el marco de la ventana, y la otra hirió mas aún al cleptom inconciente.
Estños aprovechói entonces para salir, se acercó al que estaba a su duerecha, y en un golpe semipunzante golpeo con la cladopla desenvainada al cleptom, en el estomago, y en un rapido movimiento ascendente, le golpeó en la barbilla, rematando con un golpe de costado con la misma cladopla.
La funda estaba cubiertas de sangre, y la desenfundó.
Miró hacia atras y el último cleptom habia disparado la flecha nuevamente, la cual se alojó en su muslo.
Estños dejó caer su espada el piso, e hizo presión sobre la flecha para que atravesara completamente la pierna y no quedara alojada la punta en el interiuor, luego rompió la punta, mientras el cleptom cargaba nuevamente muy apurado.
Estños se acercó correidno y le calvó la punta en el cuello, dejando al cleptom que se desangrara, luego caminó como pudo hasta un centro guardian mas cercano del cuadrante.
La ayuda llegó de inmediato, muchos guardianes a encerrar a los cletoms, estños no quiso recibir ayuda medica y se fue a dormir. Y numerosos dias entraron cleptoms a su casa durante aquel periodo siempre con resultados similares.

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