Saturday, January 20, 2007

49.- Besmuit, Estños y el representante.


partieron temprano los dos, no muy temprano para ebitar la escarcha, pero si con los primero rayos de luz, sabian que con un mastoferre conduciendo se demorarian, pero sabian que iban seguros, con ellos tambien iba un representante del encargado de obra, por que por buenas intenciones que tubieran, no podian fiar el dinero para comprar los materiales a un par de jovenes que se iba en un carro, claro ambos lo comprendieron y no hicieron ningún drama para que los acompañase.
A las horas llegaron al pueblo donde no habian podido comprar los materiales recientemente. La idea era pasar desapercibidos, asi que se tapó la carga, y se tramitó un par de cosas con ayuda del encargado de obra para que la carreta no llamara la atencion del pueblo, y claro despues de eso, bajar hasta el potro pueblo.
La verdad es que no es bajar, pero si ocupaban la palabra “bajar” por qyue se encontraba mas cerca del río, y hacia hallá se dirigía el agua cuando llovía como entonces, asi que realmente existia un desmivel aunque no era tan notorio.
Y el vaje, no fue muy complicado, aunque tampoco tan facil.
Por que aunque el mastoferre, era de una pisada firme, no lo eran las ruedas del carro, que cada cierto tiempo debian revissar por los cantos rodados que hacian saltar a la carreta.
En un momento, una rueda se salió del eje, y con mucho esfuerzo la pusieron nuevamente y siguieron con el viaje.
El unico problema fue que a unos 20 kilometros del pueblo el camino se habia convertido en un pantano, por unas vertierntes cercanas, que se habian salido del cause por las lluvias.
- vamos a tener que parar- dijo Estños.
- Pero es que, no podemos vamos faltan 20 kilometros nomas, en unas horas estaremos en el pueblo.
- El muchacho tiene razón- dijo en representante del encargado de obra – no podemos seguir, son firmes las pisadas del mastofrene, pero es muy pesado, podríamos tener probelas para cruzar, y la carreta, ya ha presentado problemas por los cantos en el camino, en el barro podría quedar atorado, sé que no es muy ondo el barro que se forma, asi que es seguro cruzar a pie.
- Esta bien- afirmó Besmuit.
Asi que refujiaron el carro detras de4 unos arboles y am,arraron al mastoferre bien, lo amarraon con candado, para que no se lo robaran, y partieron por el barro al poblado.
El barro les llegaba hasta los tobillos, y solo el Estños tubo que sacarse una pequeña sanguijuela. Pero la caminata era dificil mas que nada por la lluvia que caía, asi que al paso que ibanm se demoraron unas 6 horas en llegar al pueblo, justo a tiempo para anochecer.

Poblado le llamaban pero no eran mas que una veintena de casas en torno al camino. Asi que pidieron resguardo para la noche en un pequeño templo dedicado a la fuente, no era un templo grande como las ciudades, pero si como para atraer gwente una vez al mes cuando viajaba un sacerdote al lugar.
Al dia siguiente fueron a uno de los almacenes del lugar.
- buenos dias, caballeros, ¿en que les puedo ofrecer?- preguntó el encargado.
- Nos han dicho que usted es el encargado de los materiales de construccion, y queriamos comprar materiales de mesclado y construccion para poder arreglar aunque sea durante un tiempo las torres del pueblo de Limo.
- Oh lo siento, caballeros, pero los materiales fueron comprados por un caballero esta tarde, y tiene pensado venir a buscarlos en un rato.
Hubo un largo silencio, ya poblados mas abajo no había hasta el puerto. Y ahí dificil sería encontrar los materiales, y aún habiando, transportarlos sería aún mas dificil.
- pero señor- habló Besmuit- es que los materiales los necesitamos para reconstruyir parte de las torres.
- Lo siento caballeros, pero ya el cliente ha pagado y no puedo hacer nada.
- Si puede- hablo Estños – usted aún se guiarda el derecho para devolverle el dinero, ya que los materiales no los ha bvenido a buscar
- Lo siento caballeros- reiteró el vendedor.
Asi que los tres suspiraron hondo, no se les ocurría que hacer.
- valla, valla, valla, pero si son quienes deben restaurear con materiales imaginarios- se escuchó una voz desde la puerta
era uno de los hombres de la sociedad de Sargón.
- ayer me llegó un mensaje que venian saliendo del poblado de mas arriba, asi que simplemte tube que comprarlos- sigui pero con torno de mofa.- bueno sñor comerciante, vengo a retirar las carga
- esta bien, señor se la enttrego de inmediato, pero antes quisiera hacerle una consulta- respondió el comerciante.
- Bueno le contestaré en la medida que tenga una respuesta
- ¿para que quiere utilizar tantos materiales?
- Bueno la verdad, no lo vam,os a utilizar, solo lo guardaremos, son ordenes de la sociedad de Sargón.
El comerciante miro el techo y revisó unos apuntes como si buscara algunos datos, luievo volvió a mirar al grpo de Estños, Besmuit y el representante.
- sabe que mejor se los venderé a los caballeros- respiondió
al tiempo que los tres festejaban de alegría.
- pero usted no puede hacer eso- increpó el hombre de la sociedad de Sargón- yo ya eh pagado por los materiales
- y le devuelvo la plata, eso no es problema, ademas aún no le e entregado boleta.
- Pero es que no puede ser- se empezó a urgir el hombre- le ofresco el doble del precio por los materiales.
- Creo que usted no comprende- respondió el vendedor- usted no tiene pensado utilizar los materiales, asi que mejor es que se valla con los caballeros aqui presente, asi que me disculpa.
El hombre se enfureció, y salió del local refunfuñando.
- disculpen caballeros- se disculpo luego con los tres.
- Nada de disculpas, gracias de nuestra parte nos toca decir- hablo Besmuit.

Asi que los tres sacaron los materiales con mucho trabajo, el problema ahora estaba en que habian dejado el carro a 20 kilometros del poblado, y llevarlos a pie iba a ser imposible. Asi que el representante y Estños salieron a preguntar si le podían arrendar un carro oi simplemente llevarlos hasta donde el camino se habia mezclado con la canaleta.
Asi pasaron de casa en casa, tranquilos por que besmuit cuidaba las cosas, y casi al finasl del poblado consiguieron una carreta un caballero, asi que partiron a buscar las cosas.
Pero las cosas no sonreían. El comerciante habia cerrado y estaba afuera atendiendo a Besmuit, el cual estaba inconciente en el piso, con unas señoras que llegaban cvon paños con agua, las cosas no estaban.
- ¿que pasó?- gritó sorprendido y asustado Estños.
- Lo siento, tube que cerrar, llegaron unos maleantes, entre ellos el caballero que le habia vendido los materiales antes que ustedes, a su amigo parece que lo golpearon, y se robaron las cosas en un carro que traían.
- ¿Y el carro por que era llevado?- preguntó estños
- por como unos gatos muy grandes en mi vida los habia visto.
- Deben ser dormazoos- murmuro Estños.- Sombras, son muy rapidos, con lo que nos demoramos ya deben estar lejor, con este carro no lo vamos a alcanzar.
En eso Besmuit despertó de golpe. Asi que miró en torno suyo desconcertado tratando de recordar que estaba haciendo.
- ¿que pasó?- preguntó.
- Eso te queriamos preguntar- dijo el encargado- te pegaron.
Entonces Besmuit recordó donde estaba.
- vamos, sigamoslos, antes que se escapen- dijo.
- No. Lo siento, andan en dromazoos, deben estar ya muy lejos de aqui- le respondió estños
- Pero es que si no nos apuramos van a tirar los materiales al río.
- Lo siento Besmuit, no lo vamos a alcanzar con lasd cosas que tenemos, perdimos, creo que debemos regresar.
Los tres se miraron y luego miraron al suelo por la impotencia, no sabian que hacer, mientras que en torno suyo, habian salido los vecinos a gver el motivo de tanto alboroto y se poasó la voz de boca en bocxa sobre lo sucedido.
- caballeros- hablo el comerciante- aunque no me quedan mas materiales, les podría facilitar herramientas.
- Gracias - agradecieron los tres.
- Yo les puedo regalar unas tablas- agregó el señor del carro.
- En casa hay algunos sacos de arena que pueden servir- dijo una vecina.
Y asi uno por uno todos en el pueblo empezaron a ofrecer cosas.
- pero por que lo hacen- preguntó Besmuit.
- Es simple- respondió una señora- no quertemos ver a bandidos como los que te golpearon por esto lados, ademas arreglar las murallas de Limo, es algo bueno, gracias a ellas los poblados aledaños nos consideramos independientes, y es nuestro deber defender aquella torre.
Los tres no lo podúian creer, en materiales recolectaron mas de lo que habian pensado llevar comprando con el comerciante, y entre varios vecinos llevaron las mercancias veinte kilometros hacia arriba.
Al llegar a la especie de pantano, tubieron que bajarse y pasar los materiales a pie hacia el otro lado, en lo cual estubieron toda la tarde trabajando, y la lluvia que habia parado por ese dia, amenasaba por caer nuevamente.
Unas vez que todas las cosas atravesaron el pantano, se dieron cuenta de algo horrible, se habian llevado el carro y al mastoferre que los llevaba.
Los pobladores le prestaron nuevamente el carro que pasaron entre todos a traves del barro, por suerte venian llevados por cabalos, los cuales no se undian tanto en el barro.
Lo unico malo de ellos era que su pisada no era tan firme como la del mastoferre, y necesitaban unos dos para llevar cada carro.
El camino era dificil, y debieron amarrar bien las cosas en los carros para poder transportarlos, y la lluvia que calló con la noche no ayudó demasiado, y tubieron que parar para reanudar en la mañana.
No les costó tomar la desicion debido a que todos estaban sumamente adoloridos y cansados.
Fue una noche tranquilo a escepcion de un inconveniente, y es que se escuchaban susurros en la noche provenientes de Estños, pero el no estaba hablando, y Besmuit puso atencion unos segundos, y escuchaba que decían “no sean flojos, sigan avansando de noche, que nadie los detenga”.
Asi que al dia siguiente, el representante mira con extraños ojos a Estños.
- quiero hablar contigo- le dijo Besmuit entonces.
- Habla, ¿que sucede?- respondió Estños como intuyendo sobre que trataba.
- Es algo curioso, pero en la noche era como si estubieras murmurando algo, pero tu boca no se mobía, asi que aclarame una duda ¿eres bentrilocuo o algo por el estilo?
Estños lo miró serio, pero no enojado.
- en Limo- respondió,- cuando estemos de vuelta te explicaré todo.
- Esta bien – asintió Besmuit.
Cuando se dio media vuelta para alejarse, la misma voz del murmullo dijo muy despacio “no le digas”
Y siguieron con el viaje, con muchos retrasoso pero llegaron hasta el pueblo cercano a Limo antes de que oscureciera del todo, lo que sucedía temprano en aquella epoca

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